Mucha comida, mucho tiempo sentado y otra vez a comer: el ritmo de la vida diaria en torno a la Navidad y el Año Nuevo es muy desfavorable para quemar la gran cantidad de calorías absorbidas. En un dos por tres hay uno o dos kilos más en las caderas. Y uno comienza el nuevo año con buenos propósitos: ¡más ejercicio físico, más deporte! Sin embargo, esto por sí solo no da rápidamente buenos resultados. No obstante, es un primer paso.
Es difícil bajar de peso rápidamente practicando deporte. "Se queman muy pocas calorías”, dice el profesor Ingo Froböse, quien dirige un centro de salud deportiva en la ciudad alemana de Colonia. Para perder un kilo de grasa es necesario quemar unas 9.000 calorías. Cuando se corre durante una hora, no se queman más que unas 600 calorías como promedio. También puede ocurrir que el entrenamiento ni siquiera repercuta positivamente en la báscula o incluso lo contrario.
"Con un entrenamiento de fuerza aumenta la masa muscular, y los músculos también pesan algo, por supuesto”, explica el profesor Theodor Stemper, director de formación de la Federación Alemana de Fitness y Aeróbic. Sin embargo, los músculos también cooperan cuando el objetivo es bajar de peso. "Un cuerpo entrenado también quema grasa cuando no se está practicando deporte”, dice Froböse. Esto es así porque la musculatura necesita riego sanguíneo y calor, y para esto el cuerpo necesita energía.
Además, con un entrenamiento de resistencia frecuente aumenta la cantidad de mitocondrias, que son las centrales energéticas de las células. Esto también aumenta la quema de calorías. Si usted quiere combinar el deporte con una dieta, debe fijarse unos objetivos realistas: "Para quemar un kilogramo de grasa se necesita aproximadamente un mes”, calcula Theodor Stemper. En su opinión, mejorar la condición y la fuerza es más importante que perder peso.
En este sentido, es más eficaz hacer diariamente un poco de ejercicio físico que hacer una vez al mes durante dos horas entrenamiento de resistencia en el gimnasio. Ingo Froböse recomienda como plan diario "un entrenamiento muscular cinco veces a la semana durante diez o 20 minutos, por ejemplo con flexiones de rodillas, abdominales y ejercicios para la espalda, y dos o tres veces por semana un entrenamiento de resistencia durante 30 hasta 45 minutos”. No es obligatorio hacer footing: una caminata fuerte o ir en bicicleta al trabajo también mejora la condición. El entrenamiento muscular es lo suficientemente intenso cuando los músculos comienzan a arder: "Es la señal de que el músculo está creciendo”.
Para quienes trabajan sentados en el escritorio es importante levantarse una vez cada hora, caminar hacia la impresora o llamar por teléfono estando parado. "Esto estimula el metabolismo”, dice Froböse. El mejor remedio contra la flojera y las ganas de quedarte sentado en el sofá es divertirse haciendo deporte: "Es importante encontrar un tipo de deporte cuyo entrenamiento me guste, cuyo ejercicio me cause placer. Entonces, bajar de peso es algo que pasa por sí solo”, dice la entrenadora personal Bianca Hertlein.
Si usted se obliga a sí mismo a trabajar con pesas, pronto lo dejará. Sin embargo, los clubes deportivos y los gimnasios ofrecen actualmente una amplia gama de cursos. Quien pruebe algunas de las ofertas tiene buenas posibilidades de encontrar algo adecuado. "La tendencia va hacia programas que mezclan diferentes elementos de fitness”, dice Stemper. Por ejemplo, la combinación de boxeo con Pilates. Se puede incrementar la motivación yendo con los amigos a un entrenamiento conjunto.
Los descansos son importantes: "El cuerpo necesita pausas para que la musculatura pueda responder a los estímulos del entrenamiento”, dice Hertlein. Al fin y al cabo cuenta cada paso que ponga el cuerpo en movimiento. En este contexto, a Stemper le gusta citar el eslogan de una campaña de salud sueca: "Salga usted todos los días con el perro, aun cuando no tenga ninguno”.
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