PRIMER EJERCICIO
Aquí trabajaremos la zona de los pómulos, reafirmándolos y la parte inferior de los ojos, que incluye la zona baja de los parpados inferiores y lo que normalmente llamamos ojeras o bolsas en los ojos.
Beneficios estéticos: ayuda a prevenir la aparición de las bolsas o hinchazón en la parte inferior de los ojos, o a mejorarlas una vez ya formadas, las cuales pueden presentarse por múltiples y diferentes causas.
Un gran beneficio, entre otros, de ejercitar esta zona estriba en favorecer y estimular de forma notable la circulación sanguínea, lo que redunda en una serie de efectos positivos a nivel de oxigenación y nutrición celular en músculos y piel, reabsorción de líquidos y toxinas, además de contribuir a una mejora del metabolismo local al movilizar toda esta área.
Al ejercitar esta zona también colaboramos en la prevención y mejora de las finas arrugas o líneas de expresión que surgen en la parte exterior o lateral de ambos ojos, a las que solemos denominar coloquialmente como "patas de gallo".
Otro gran efecto significativo debido al trabajo directo sobre los músculos de los pómulos y mejillas, se debe a que nos ayuda a evitar la caída y flacidez de éstos, colaborando a mantenerlos altos y firmes, lo que a su vez favorece un efecto atenuador sobre el surco nasogeniano, (los dos surcos que nacen en los extremos inferiores de la nariz y descienden oblicuamente hacia las comisuras de los labios).
Forma de realizarlo:
Situar dos dedos de cada mano debajo de los ojos, justo en la parte más prominente del pómulo, donde más sobresale el hueso y ligeramente hacia el exterior, ejercemos una presión muy suave y tiramos levemente hacia abajo, importante, no colocar los dedos encima de las bolsas de los ojos, ni en los parpados.
Ahora deberemos ofrecer una cierta resistencia con los dedos, intentando elevar los músculos hacia arriba como si hiciésemos el gesto de cerrar los ojos, aunque en realidad no sea del todo necesario.
Las yemas de los dedos tendrán que oponerse al gesto de elevar los pómulos, tienen que hacer la resistencia justa y adecuada para que cueste trabajo elevarlos pero que al final podamos llevar a cabo tal acción totalmente, cuando lleguemos al máximo recorrido, aguantamos la contracción uno o dos segundos y relajamos para volver a dejarlos caer lentamente, acompañamos el descenso suavemente con los dedos. A continuación podemos volver a reanudar la elevación de los pómulos y así hasta completar las repeticiones deseadas.
Prestar especial atención y cuidado en la colocación correcta de los dedos, sobre todo si se padecen bolsas pronunciadas, evitar apoyar los dedos sobre ellas, y no ejercer demasiada presión.
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