domingo, 17 de abril de 2016

De 45 gimnasios en La Paz, solo 8 cuentan con registro sanitario



En cuerpos sudorosos, manos sucias... en los equipos de los gimnasios —bicicleta estática, pesas y barras, vestuarios y duchas— hay gérmenes que pueden causar infecciones de la piel, respiratorias, de los ojos y oídos; y peor aún si carecen del registro que garantiza la sanidad.

En la ciudad de La Paz, según la Intendencia Municipal, funcionan 45 de esos centros. De éstos, no llegan a 10 los que cuentan con registro sanitario otorgado por la Gobernación.

“Solo tengo ocho registrados, porque hay algunos (dueños) que son reacios a sacar su certificado”, revela Félix Cruz, jefe de la Unidad de Salud Ambiental, Control Sanitario e Inocuidad Alimentaria (USACSI) del gobierno departamental.

Si bien no hay una norma nacional para fiscalizar este tipo de lugares, el registro en La Paz solo es otorgado después de que el propietario demuestra que tiene una infraestructura adecuada, piso de azulejos o fumigación en caso de tener alfombras.

También debe contar con desinfectantes cerca de los aparatos de ejercicios, jaboncillos en baños y duchas, ventilación apropiada y garantizar la inocuidad si tiene un café.

Pregym, Strongym, Cardiogym, Metalgym, Energym, Star Gym, Superbody y Top Healt cuentan con esa certificación; los 37 restantes funcionan sin ninguna garantía.

De los 45 establecimientos —entre los que no se cuentan las decenas de locales clandestinos—, 14 se hallan en el Macrodistrito Centro, 12 en el de Cotahuma, 5 en el de Periférica, 11 en el Sur, 2 en el de Max Paredes y 1 en San Antonio.

Sofía Canseco, una joven universitaria que asistía con regularidad a un centro para mantenerse en forma situado en el casco viejo, tuvo que someterse a un tratamiento para curarse de una erupción en la espalda.

“El médico me dijo que lo adquirí en un gimnasio. Yo me echaba sobre las colchonetas, donde otros hacen también ejercicios, sudan y transpiran, y nadie las limpia”.

El presidente del Colegio Médico de La Paz, Luis Larrea, confirma que en su consultorio recibió a pacientes con problemas similares al de Sofía.

“Se llama micosis superficial que es una infección de la piel que se contagia por las uñas y el pelo en ambientes cerrados, como un gimnasio, que no reúne las condiciones de higiene”. La otra patología que se puede adquirir es la dermatitis, afección que ataca a la piel que se enrojece y se inflama. “Por eso el personal debe estar limpiando continuamente los aparatos”, recomienda.

Si los aparatos, colchonetas, duchas y otros no son desinfectados permanentemente, proliferan hongos, estafilococos, escherichia coli y otros.

Incluso si los administradores toman todos los recaudos de higiene y sanitización, expertos en salud recomiendan: no tocarse la cara y menos los ojos mientras se está ejercitando; mantener las uñas cortas y limadas; lavarse las manos con agua y jabón antes y después.

También ducharse al terminar la sesión; no caminar descalzo, mudarse de ropa al concluir los ejercicios, llevar una toalla para limpiar el sudor y lavar la ropa deportiva.

Anomalías. A tres cuadras de la plaza Murillo, en dirección a la plaza Uyuni, está uno de estos recintos. Está abierto de lunes a sábado, y por Bs 120 al mes los clientes pueden fortalecer sus músculos, pero deben pagar Bs 10 si desean usar la ducha.

El establecimiento no exhibe en la entrada su registro sanitario y tampoco la licencia edil de funcionamiento. En la pared solo se ve una vieja fotocopia del NIT otorgado por Impuestos Internos (hoy SIN).

“Si quiere ducharse, eso cuesta Bs 10 y son 10 minutos”, advierte la recepcionista. Además, si quiere usar un casillero para dejar sus pertenencias, debe aumentar Bs 40.

“Es una arbitrariedad total, no puede ser que cobren por usar la ducha”, afirma Guillermo Mendoza, viceministro de Defensa del Consumidor. Su criterio es compartido por el jefe de la USACSI.

Quien escribe esta nota comprobó que Top Healt y Cardio Gym, en la Comercio y Murillo, respectivamente, tienen sus papeles en orden.

Otros negocios poseen licencia de funcionamiento, pero no el certificado de salubridad. A dos cuadras de la plaza Pérez Velasco, en los baños de otro establecimiento no hay jaboncillo y menos papel higiénico. “Nunca hay jabón ni alcohol sanitizador y yo debo llevarme papel higiénico”, protesta Andrea R., una universitaria que sale de ese local.

En este recinto —situado en el subsuelo de un edificio— unas ventanas con los vidrios quebrados permiten la ventilación del ambiente donde están las máquinas. Allí, al mes el usuario debe pagar entre Bs 80 y 250.

Heidi Ramos, otra asidua de estos centros, denuncia que hay uno en la calle Illampu y otro cerca de la Isaac Tamayo que carecen de duchas.

INOCUIDAD. En la Intendencia Municipal de La Paz alertan de que hay que tener cuidado antes de consumir alimentos en los snacks de estos centros.

“Además de ver que tengan la licencia de funcionamiento, realizamos inspecciones a la inocuidad y el manipuleo de los alimentos que venden”, informa la intendente Paola Valdenassi.

Ella sugiere a los usuarios fijarse en las fechas de vencimiento de los productos. “El año pasado recibimos de tres a cuatro denuncias sobre este tema”.Si observa que el producto está vencido, tiene mal olor y demás, denuncie al 800-140217.

Requisitos que exige la Alcaldía

LicenciaPara otorgar una licencia de funcionamiento, la municipalidad exige a los dueños de gimnasios la fotocopia del carnet de identidad del dueño, el plano del ambiente, el número del NIT y una fotocopia de la factura de luz del propietario del local.


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