viernes, 12 de agosto de 2016

¡NUNCA TE COMPARES!


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A la hora de entrenar o empezar un plan de entrenamiento, no existe nada más nocivo que llegar con expectativas ajenas a nuestra realidad. Cuando hablo de nuestra realidad no sólo hablo del aspecto físico, también me refiero a nuestro día a día, al tiempo que podemos o no dedicarle a la actividad física.

Toda la publicidad a nuestro alrededor e incluso la misma sociedad nos impone patrones o estándares de belleza, a veces inalcanzables y eso, genera gran frustración.

Considero, desde mi experiencia como instructora de Pole dance, que el primer y más importante paso es mirarse sin pena...sin prejuicios y desde ahí plantearse metas que nos acerquen a la mejor versión de nosotras mismas.

Muchas veces llegan al estudio personas, que al momento de inscribirse, lo primero que preguntan es: “¿En cuánto tiempo voy a poder estar haciendo las acrobacias complicadas?”, mi respuesta siempre es la misma: “no sé”, esa es la verdad; cada persona es totalmente diferente, cuerpos diferentes, historias de vida diferentes, la resistencia física es diferente, la flexibilidad y miles de aspectos más, cada persona debe seguir su propio ritmo para que la experiencia sea lo más cómoda y agradable posible, sin prisa pero sin pausa.

Es bueno darse al menos tres meses para probar cualquier disciplina o actividad física, antes de decir: me gusta o no me gusta, quiero o no quiero – que se relaciona directamente con el puedo o no puedo- ya nos lo decían las abuelitas: “Querer es poder”.

Los instructores o entrenadores físicos deberíamos ser un poco como sastres, diseñar para cada persona un traje exclusivo, que le quede bien y que resalte lo mejor de la persona. Pero lo que pueda hacer por nosotras el instructor o instructora nunca será suficiente, será más importante nuestra actitud, nuestra disciplina y nuestras ganas de lograr esta “mejor versión de nosotras mismas”.



Algunas sugerencias que pueden ayudar:

Marca metas y caminos que te acerquen a esas metas y en ese momento observa como estás iniciando y observa cada pequeño avance, por más pequeño que sea. Siempre creyendo en ti, no permitas que alguien te diga que no puedes hacerlo solo porque no es lo “normal”, todo lo que desees con firmeza, seguro lo podrás conseguir.

Deja de criticarte y más que nada criticar a los demás. Todos estamos haciendo lo mejor podemos y cada quien vive como desea. Concéntrate en tu vida, tu propio espacio.

Nunca, pero nunca le temas al fracaso. Una de las cosas que evitan que seas la mejor versión de ti misma es el miedo al fracaso. Existen personas que viven evitando riesgos y se conforman con recibir lo que la vida les da. Puedes ir más allá, no temas equivocarte, los errores son la mejor fuente de conocimiento y crecimiento.

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