viernes, 1 de julio de 2016

¿Notaste como es muy placentero estirarse al despertar en las mañanas?

Bueno, eso es porque aumenta marcadamente la circulación. Los músculos que se contraen estrujan más sangre hacia el corazón y llena de oxígeno a los pulmones. El pecho se abre ingresando mayor cantidad de oxígeno, eso se siente bien, es estimulante y aumenta la conciencia de tu cuerpo.
Por esto y por otros muchos beneficios, debemos trabajar la flexibilidad de nuestros cuerpos.

Parte de tener un cuerpo sano será tener un cuerpo flexible. Ser flexible y tener más libertad con tu cuerpo te permitirá sentirte más cómoda, más ligera y por lo tanto, más atractiva. Existe una condición física llamada “hiperlaxitud” en la cual existe la mayor flexibilidad en las articulaciones, músculos, cartílagos y tendones de las personas. Las personas hiperlaxas, en todo caso deben trabajar bastante la musculatura para proteger las partes hiperlaxas.

De manera general podemos decir que la flexibilidad es la amplitud de movimiento obtenible en una articulación o conjunto de articulaciones. La flexibilidad puede trabajarse de manera estática, la misma que implica sostener una posición (ej: hacer un “split”) o la flexibilidad dinámica, que implica movimiento e incluso velocidad (ej: hacer un “grand jete”).

Desde mi experiencia como instructora y acróbata de Pole Dance, veo que trabajar la flexibilidad es una parte fundamental de la disciplina, por una lado permite mejorar la ejecución de la figuras, ayuda a prevenir lesiones, es uno de los mejores remedios contra las contracturas, da mayor seguridad y confianza al momento de ejecutar una rutina.

Normalmente las personas activas tienen por objeto trabajar de la flexibilidad para mejorar su desarrollo dentro de la actividad física o disciplina deportiva que practican. Pero, no sólo es beneficioso el trabajo de la flexibilidad en las personas que quieran rendir físicamente, sino que se hace necesario, en cualquier persona que quiera conservar su integridad física a largo plazo.

Sin embargo, trabajar la flexibilidad a veces duele, incomoda, parece que las metas quedan lejanas, si en éste punto una logra cambiar el “switch” y pensar en la práctica de la flexibilidad como un momento para relajarse, detenerse y respirar profundo, conectarse con una misma y ayudar al cuerpo para que vaya cediendo, se convierte en un momento agradable y desestresante, que puede ser practicado casi por cualquier persona.

Considero que en la práctica de cualquier deporte, danza, acrobacia, actuación e incluso en el día a día incorporar la flexibilidad como un hábito de vida será por demás beneficioso. Así que comencemos a estirarnos.

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